Frente al modelo de consumo globalizado, la creciente inflación, los efectos del cambio climático y el aumento de los costos agrícolas y de transporte, es indispensable generar alternativas para modificar las prácticas comerciales injustas y engañosas que ponen en desventaja tanto a los productores y productoras, como a los compradores.
Precisamente, el modelo del Comercio Justo busca mejorar las condiciones comerciales para beneficiar a los trabajadores, trabajadoras y sus comunidades. Sin embargo, alrededor de esta iniciativa también se han desarrollado algunos mitos que buscan empañar su verdadero propósito y a continuación te decimos cuáles son.
Mito #1. Los precios de los productos de Comercio Justo son altos
Normalmente, este mito se asocia a la falta de conocimiento de toda la oferta de productos existente. Sin mencionar que el precio se fija de acuerdo con el valor, proceso y características del producto: calidad, ingredientes, propiedades organolépticas, etc.
Cuando se trata de artículos provenientes de Comercio Justo, estás adquiriendo la mayor calidad en términos sociales y medioambientales. Por un lado, porque los productores han recibido una remuneración justa y se han respetado sus derechos; mientras que por otra parte, se lleva a cabo un manejo adecuado y respetuoso de los territorios.
Regularmente, las personas esperan un precio más bajo que el de los productos de gama media o alta del comercio tradicional, sin embargo, también se deben considerar los costes de transporte, logística, aduanas, entre otros.
Como en toda economía, a mayor demanda, los costos se reducen y los precios finales descienden, ¡es aquí donde entramos los consumidores! Tu aportación es importante pues cada artículo es producto de historias y tradiciones culturales.
En otros casos, en el precio del producto se incluye una prima Comercio justo destinada a proyectos sociales y/o medioambientales. De esta manera, cada vez que compras un producto con el sello Comercio justo estás ayudando a lograr independencia económica de los productores y al desarrollo de su comunidad.
Mito #2. Poca disponibilidad y oferta de productos de Comercio Justo
Otro mito que, poco a poco, se ha ido desvaneciendo es que sólo es posible adquirir estos productos en tiendas especializadas. Sin embargo, gracias al posicionamiento del Comercio Justo como un movimiento social y a la iniciativa de los compradores de conocer la procedencia de sus bienes, la oferta de artículos se ha expandido a diversos supermercados, tiendas departamentales, restaurantes e, incluso, hoteles.
Seguramente has visto que algunas tiendas ya incluyen estanterías con productos de Comercio Justo. No pierdas la oportunidad de apoyar un movimiento de esta magnitud.
En nuestra experiencia ayudando a las cooperativas de la Península de Yucatán a comercializar sus productos orgánicos, ha sido crucial encontrar y empatar objetivos con otros establecimientos para impulsar el desarrollo de los productores y sus comunidades.
Mito #3. Son productos poco atractivos y demasiado étnicos
Regularmente, también existe la creencia de que los productos de Comercio Justo pertenecen a industrias muy específicas y tienen características de diseño o producción que corresponden al lugar de su procedencia.
No obstante, cada vez existe una mayor cantidad de artículos que, a pesar de ser elaborados de forma artesanal, también se adaptan a las demandas, gustos y necesidades de los compradores.
En este artículo te damos algunos ejemplos de Comercio Justo que, actualmente, se comercializan cada vez más y van desde la cosmética, hasta la ropa y la decoración.
Mito #4. Los productos de Comercio Justo son menos ecológicos
Otro mito del Comercio Justo se basa en la creencia de que el impacto ambiental de los productos que proceden de América Latina, África o Asia es mayor debido a la huella ecológica del transporte que, en todo caso, resulta no ser un único factor ni el más determinante, puesto que cada producto posee un ciclo de vida, desde su recolección, producción hasta su consumo.
Asimismo, es importante considerar que no todos los artículos producidos localmente prescinden de un impacto en el medio ambiente. Incluso, muchos de ellos no son generados de forma ecológica y ocasionan mayor daño en los ecosistemas que el propio transporte.
Mito #5. Los productos de Comercio Justo son de difícil reconocimiento
Este mito nace a raíz de la nueva ola de tendencias y beneficios del consumo responsable que trajeron consigo múltiples productos denominados “orgánicos”, que no siempre apelan a los principios de Comercio Justo.
Recuerda que dichos artículos deben cumplir ciertos estándares para asegurar su calidad y comercialización. Además, de otros requisitos que aseguren el pago justo, las condiciones laborales dignas y los derechos de los productores.
El Comercio Justo en cifras
El Comercio Justo incide directamente en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Además, también podemos destacar:
- Más de 2,5 millones de productores y productoras dedicados a la agricultura o a la artesanía, trabajan en la red de WFTO o con Fairtrade International en el mundo.
- De todas estas personas, el 74% son mujeres.
- El 54% de los miembros de las Juntas Directivas de las empresas integradas en la Organización Mundial del Comercio Justo son mujeres (frente a un 24% en las empresas convencionales).
- De los puestos de dirección general en estas empresas, el 52% están ocupados por mujeres (frente al 9% en las empresas convencionales).
- 361 organizaciones de Comercio Justo son miembros de la red WFTO.
- La Organización Mundial del Comercio Justo tiene presencia en 76 países.
- En Europa cuenta con más de 100 miembros.
- En América Latina son 67 las organizaciones certificadas y 2420 las familias agricultoras y artesanas.
- En Asia está presente en 19 países.
- En África-Oriente Medio está en 18 estados y países.
- A través de sus miembros, la comunidad global de la Organización Mundial del Comercio Justo también incorpora más de 1.000 empresas y 1.500 tiendas de Comercio Justo.
- 509 empresas y organizaciones ya han firmado la Carta Internacional de Comercio Justo.
Más que números, es momento de hacer la diferencia
Ahora que has podido dimensionar el impacto del Comercio Justo y que hemos desmitificado algunas falsas creencias alrededor de él, es tu oportunidad de tomar una postura al respecto.
En Selvas y Solares, ponemos a tu disposición los productos artesanales de las cooperativas mayas de la Península de Yucatán. Si te interesa impulsar el desarrollo de sus comunidades, ¡visita nuestra página!