El incremento en el costo de las cosas y el cambio climático son algunas de las principales preocupaciones más graves que, de una u otra manera, repercuten y están modificando nuestros estilos de vida.
Además, los bajos salarios, las jornadas de trabajo extenuantes y la falta de mecanismos de protección al medio ambiente son una realidad que persiste, por lo que cada vez existe un mayor interés en crear iniciativas orientadas a luchar por un cambio de fondo.
Abogando por la transformación y el equilibrio
De acuerdo con un estudio realizado por Deloitte a un amplio grupo de personas pertenecientes a las generaciones Gen Z y Millennial, el 46% y 47% de los encuestados — pertenecientes a dichos grupos generacionales— vive de cheque en cheque con la preocupación de no cubrir los gastos de su día a día.
A su vez, la mitad de la población encuestada de cada generación menciona que han puesto presión en sus jefes o empleadores para tomar acción frente al cambio climático desde sus empresas.
Esta serie de problemáticas son la razón de la existencia del Comercio Justo , un movimiento internacional que trabaja por la erradicación del sistema comercial tradicional, ausente de condiciones laborales justas, equitativas, seguras y respetuosas hacia el medio ambiente.
En este artículo hablaremos sobre dos tipos de comercio: el tradicional y el justo, para evidenciar las características, diferencias y desventajas entre cada uno. Además, de las repercusiones sociales que trae consigo a pequeñas y grandes escalas.
¿Por qué elegir el Comercio Justo en lugar del comercio tradicional?
El origen de cada compañía es distinto, pero los recursos naturales son la materia prima de un gran número de empresas que operan bajo sus propias reglas. Sin embargo, el Comercio Justo pone por encima de los fines comerciales el cuidado del ecosistema y las poblaciones cercanas al lugar del que extrae la base de sus productos.
Por su parte, el comercio tradicional no cuenta con las medidas de protección necesarias y suficientes para proteger la naturaleza, asimismo tiene como prioridad la obtención de recursos monetarios para su propio beneficio.
Para comprender mejor las diferencias entre ambos, aquí te explicamos algunas de sus características principales:
Comercio Tradicional
Comercio Justo
Impacto del comercio tradicional
La inflación se incrementa año con año y en cada cambio se anuncia el aumento en los precios de la canasta básica y muchos otros bienes y servicios.
Durante agosto de 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó una variación en el índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de 0.70% respecto al mes anterior, para alcanzar una inflación general de 8.70%.
Esta cifra incide en el precio de las mercancías y servicios, que aumentaron 1.14% y 0.39 por ciento, respectivamente. Parece poco, pero estas pequeñas fluctuaciones repercuten directamente en el bienestar de las personas y su estilo de vida, principalmente en aquellas que no tienen acceso a comercios justos, con precios proporcionales a este cambio económico.
Trasladado al comercio tradicional, las compras merman significativamente en el bolsillo de los consumidores y los ecosistemas, respecto al consumo rentable de un Comercio Justo. A gran escala, esto puede desencadenar problemas de mayor complejidad como la pobreza y un deterioro ambiental acelerado.
Impacto del Comercio Justo
Por su parte, el Comercio Justo aparece como una alternativa mucho más amable, tanto en materia climática como económica.
Seguridad laboral y salarios justos
Comparado con el comercio tradicional, las condiciones de trabajo del Comercio Justo son completamente seguras para los productores y colaboradores, al propiciar los medios para que desarrollen su labor sin poner en riesgo su integridad física.
Además, se establecen jornadas de trabajo justas, no mayores a ocho horas con un salario por encima del mínimo, se prohíbe la explotación de menores de edad y se establece la equidad entre hombres y mujeres.
Manejo de los territorios y calidad de los productos
Al existir un manejo controlado de los territorios se asegura el cuidado del medio ambiente y los entornos habitados por los productores. Esto repercute directamente en la calidad de los productos, libres de químicos y pesticidas que alteren la composición natural de los mismos.
La base de todas esas acciones son los valores implícitos en el Comercio Justo: transparencia, compromiso, responsabilidad y sostenibilidad. Cada uno incide en el proceso y se vuelve parte del valor agregado de las iniciativas basadas en este enfoque.
<<Conoce algunos ejemplos de Comercio Justo aquí>>
¿Cómo accedo a un comercio justo?
Cada vez son más las empresas que se suman a dicha iniciativa pues, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), América Latina reúne a 67 organizaciones certificadas en las que se involucran más de 2 mil artesanos y agricultores del continente.
En función de impulsar el Comercio Justo, en Selvas y Solares vinculamos a comunidades de diferentes regiones de la península de Yucatán en función de ayudar a las poblaciones locales a comercializar sus productos, cuya producción de productos naturales proviene de un manejo legal y responsable de la selva y sus recursos naturales.
A diferencia del comercio tradicional, el Comercio Justo es un movimiento que repercute en la estructura social y los individuos en todos sus niveles, abriendo nuevas posibilidades para vivir con mayor bienestar y armonía. Si buscas sumarte al cambio y adquirir productos completamente artesanales, ¡visita nuestra página!