Comenzaremos por mencionar en que, el consumir no es una mala práctica, ya que la acción por sí sola es una necesidad humana para subsistir. Lo realmente importante es hacerlo de manera responsable.
Alimentos, ropa, electrodomésticos y tecnología. El ser humano consume en todo momento para realizar desde las tareas más simples —como comer— hasta otras más complejas —como trabajar—. En cada paso deja una marca con menor o mayor impacto, según el caso.
Lo relevante es que hasta las acciones más pequeñas y cotidianas —como alimentarse— son las que generan mayor impacto en los ecosistemas. Es por eso que en este artículo te diremos qué es el consumo responsable y algunas acciones para implementarlo.
La huella humana en el planeta
Un estudio de la Universidad de Oxford reveló que la producción de alimentos genera una cuarta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta (GEI), el principal causante del calentamiento global.
Por ejemplo, el consumo promedio de carne en el Reino Unido es de 103 gr. al día, a partir de los cuales se generan 50 kg de gases de efecto invernadero. Lo dañino no es la composición de la carne, sino las condiciones bajo las que se produce el alimento.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), la producción ganadera es una de las más contaminantes a nivel global, ya que para alimentar a los animales se destinan grandes cantidades de agua durante el cultivo y desarrollo de las crías.
Estas actividades representan entre el 39 y 45 por ciento de las emisiones totales; mientras que los gases emitidos por el propio animal —principalmente metano— son la causa del 65 por ciento de los contaminantes de todo el sector.
La controversia inicia al poner sobre la mesa los datos que cuantifican el impacto en el medio ambiente y surgen algunas preguntas sobre lo que podría ser mejor para reparar el daño causado: ¿debemos dejar de comer carne o cualquier producto de origen animal?, ¿el veganismo es bueno para la salud?, ¿debemos gastar miles de pesos para llevar una dieta libre de emisiones contaminantes?
De lo que sí estamos seguros es que dejar de comer no es una opción y una alternativa viable es llevar un consumo responsable en el día a día para minimizar el impacto en el planeta.
¿Qué significa el consumo responsable?
El consumo responsable implica comprar menos y mejor. Esto conlleva modificar los hábitos de consumo en todo momento y cuestionar tanto el lugar como los medios de los que se obtiene el bien o servicio adquirido.
Es decir, las acciones de consumo responsable no sólo están en nuestra forma de comer, sino en los medios de transporte en los que nos trasladamos y la cantidad de energía eléctrica que usamos. En cada momento de nuestro día podemos reducir y mejorar nuestras prácticas de consumo.
Esta transformación en la manera de comprar y usar cosas supone una mejora en el ciclo de producción y, por ende, en el grado de deterioro ambiental. De ahí que instituciones a nivel global unen esfuerzos mediante iniciativas concretas para acelerar el consumo sostenible.
La importancia del consumo responsable
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha incluido este concepto dentro de los 17 objetivos del desarrollo sostenible, que buscan erradicar problemáticas de mayor complejidad como el cambio climático y el deterioro ambiental. De cumplirse no sólo mejoraría la calidad de vida de los individuos, sino también el desarrollo económico de los países.
El ritmo de consumo actual es acelerado y, de seguir así, para 2050 serían necesarios tres planetas para satisfacer los recursos naturales empleados en todas las industrias, de acuerdo con cifras de la ONU.
La explotación de los recursos naturales a raíz del consumo desmedido podría desencadenar la extinción de la biodiversidad y la muerte de miles de personas en el mundo, ya que la degradación ambiental es la responsable de 12.6 millones decesos al año.
Acciones de consumo responsable
Como mencionamos al inicio, el consumo responsable puede llevarse a cabo desde que nos levantamos hasta el último momento del día. A continuación enlistamos una serie de acciones que contribuyen directamente en ello.
1. Reducir la cantidad de desechos
Antes de tirar algo al cesto de basura pregúntate si de verdad el ciclo de vida del producto ha terminado o realmente se encuentra en mal estado. Los alimentos son el principal desecho humano y se estima que, alrededor de mil 300 millones toneladas de basura, terminan pudriéndose en los contenedores de las personas.
Esta cantidad es alarmante al pensar en los niveles de pobreza a nivel global y la falta de alimentos de 135 millones de personas en el mundo, quienes padecen hambre severa.
2. Reciclar productos
El reciclaje es una parte fundamental para mantener el equilibrio ambiental, además de conformar una de las etapas del ciclo del modelo de economía circular. Al reciclar se asegura que la materia prima sea utilizada para la producción de un nuevo producto, sin poner en riesgo los recursos naturales recueridos para su fabricación.
El plástico es otro de los materiales más contaminantes del océano con presencia en una gran cantidad de productos, como bolsas, botellas o popotes. Llevar una bolsa al supermercado o comprar popotes de larga vida son algunos ejemplos de consumo responsable que podemos aplicar en el día a día.
3. Comprar productos de origen sostenible
Existen distintas marcas que ya incorporan dentro de sus cadenas de producción métodos sostenibles, con lo cual se protege la biodiversidad, la calidad de los productos realizados y el bienestar de los productores.
Por ejemplo, en la Península de Yucatán existe un grupo de cooperativas que producen y comercializan productos de origen natural. La obtención de la materia prima se basa en un cuidado del entorno y los ecosistemas, al tiempo en el que se favorece la economía local de los habitantes.
Al comprar este tipo de productos no sólo ayudas a la conservación de los ecosistemas, sino a la economía de miles de familias locales que subsisten a partir del tratamiento de los recursos naturales que los rodean.
Ahora que ya sabes qué es el consumo sostenible y algunas de las acciones que pueden contribuir a una mejor relación con nuestro entorno, es momento de llevarlas a cabo. Como podrás ver es más sencillo de lo que parece y los alcances son más grandes de lo que puedes ver en lo inmediato.
Para lograr efectos permanentes hay que actuar consciente y frecuentemente, ya que el cambio no ocurrirá de la noche a la mañana. La responsabilidad de un consumo responsable la tenemos todos, ¡empieza ahora!