¿Te has preguntado de dónde vienen los productos que consumes diariamente (la carne, las frutas, verduras o lácteos)? La respuesta podría resultar una obviedad intrascendente al momento de ingerir cualquiera de estos alimentos. La verdad es que no lo es, y el impacto de su origen tiene más repercusiones de las que imaginas.
Tan sólo la industria de alimentos genera el 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), de acuerdo con datos de Nature Food, derivadas durante las diferentes fases de producción, desde la recolección de la materia prima hasta su comercialización y distribución.
La ganadería y agricultura son dos de las actividades con mayores emisiones de GEI, lo cual se ha convertido en una preocupación a nivel mundial. Para atender esta problemática, los gobiernos del mundo han incluido dentro de sus objetivos de desarrollo sostenible, la producción y el consumo responsable.
Lo anterior no es una tarea sencilla, sino todo lo contrario. Transformar los hábitos de consumo es un reto que implica modificar nuestras acciones cotidianas desde el primer hasta el último momento del día.
La creación de cooperativas campesinas —como las que albergamos en Selvas y Solares— es una de las iniciativas con gran potencial de cambio en los métodos de consumo que, a partir de prácticas sostenibles y un comercio justo, ayuda a contrarrestar los daños generados a causa de la economía lineal.
En este artículo te contamos acerca de nuestro proyecto y de qué manera puedes sumarte a enfrentar los estragos del mundo globalizado.
Las selvas, el pulmón y estómago de México
México cuenta con una de las reservas naturales más ricas del mundo. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), el territorio mexicano posee 31 millones de hectáreas de selvas —también conocidas como bosques tropicales—, principalmente concentradas en las regiones del Atlántico: San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco y Yucatán.
La Península de Yucatán es una de las zonas con mayor presencia de este ecosistema, que nutre de oxígeno y una gran variedad de alimentos naturales a la población local y de las comunidades aledañas, como miel de abeja apis, miel de abeja melipona y huevo libre de pastoreo.
Rodeados de esa riqueza natural, diferentes grupos de organizaciones comunitarias habitantes de las comunidades de Calakmul (Campeche), José María Morelos (Quintana Roo), Lázaro Cárdenas (Quintana Roo), Bacalar (Quintana Roo), emprendieron un proyecto basado en el uso de estos recursos no sólo para el consumo propio, sino para el de todas las poblaciones pertenecientes a estos estados.
Fue así como la unión de la población rural maya dio origen a la Plataforma de Cooperación Comercial (PLACCO), un conjunto de organizaciones comunitarias que, a través de nuestra marca Selvas y Solares, proveen de productos naturales a personas dentro y fuera de su territorio.
Familias unidas por el cambio
El Achiotal es una sociedad rural integrada por 11 familias de la comunidad Isidro Fabela, del municipio de Bacalar, Quintana Roo. La selva es su hogar y su fuente de sustento económico, del que diariamente extraen el carbón vegetal proveniente de las maderas duras tropicales, como el zapote, ya’axnik y el katalox.
La selección de las maderas, su transportación a través de carretillas y su combustión en grandes hornos, es parte del proceso que lleva alrededor de cinco días antes de la obtención del producto final.
Hombres y mujeres son parte de esta actividad sostenible quienes, al término de la producción, le retribuyen a la tierra con la reforestación de los árboles cortados. Es así como los campesinos rurales llevan el carbón vegetal de la selva a tu mesa, ya sea para cocinar o calentar con fuentes de energía natural.
En total son siete las cooperativas de Selvas y Solares —Cooperativa USAEC; Cooperativa Muuch’ Kaab; La Pollita Feliz; Solares, Kuxtalil, Creciendo Raíces y El Achiotal— que, a partir de su ubicación geográfica, aprovechan la biodiversidad para ejercer un comercio justo.
La miel proveniente de abeja Apis y Melipona, el huevo libre de pastoreo, las artesanías de madera, productos e limpieza y belleza y el carbón vegetal son algunos de los productos que han fortalecido la economía de este grupo de organizaciones comunitarias, con miras a expandirse más allá de sus territorios como un ejemplo de sostenibilidad económica.
La cosecha del comercio justo
Tras cinco años del nacimiento de PLACCO y sus marcas colectivas —primero Foresta y ahora Selvas y Solares— esta iniciativa se ha convertido en un ejemplo de comercio local justo en el que la población campesina interviene de principio a fin en la producción de alimentos de origen natural.
Pese a la pandemia por Covid-19, en 2020 el centro de distribución de PLACCO (CEDIS) distribuyó 78.5 toneladas de carbón vegetal y 6.4 toneladas de miel multiflora, con entregas a diferentes participantes del sector turístico mexicano y a personas de 17 ciudades del país.
Su acceso a nuevos mercados sigue en desarrollo, lo cual es una oportunidad para difundir este modelo de negocio sostenible e igualitario. Con ello, en Selvas y Solares intentamos promover que el cambio en los métodos de consumo sea posible, al igual que la transición hacia un mundo con emisiones netas cero.
Actualmente, ayudamos a las cooperativas mencionadas anteriormente a comercializar sus productos y nuestra intención es integrar más, con el fin de darle impulso al consumo de productos sustentables y procurar la conservación de los territorios.
Forma parte de esta iniciativa adquiriendo productos de la más alta calidad, buen sabor y completamente accesibles.